Lo bueno en medio de todo resulta ser lo necesario a su vez, porque varias cosas pasan y puede considerárselas algo positivo. Entonces ahí aparece ella, en medio de ese pensamiento tan primitivo, tan simple y tan sencillo; el bien. Ella sucede conforme la vida se lo exige para provocar el arte que provoca; se hace texto entonces, habita su alma el infinito en medio de acciones humanas, a veces no más con saberle y coexistir en tiempo a su lado ya es posible un poema.
De alguna manera ha debido entenderlo la vida, o quizás es algo de siempre, algo anterior a la raza, al azar del conjuro que sabe imponer el tiempo en su sospechada eternidad. Yo creo que es algo y que vale la vida, me refiero a que dejo mis manos dispuestas a estrechar sus palmas y propongo entonces un querer sin pausa, con problemas varios y conflictos, silencios, con abrazos simples sobre el universo, con respiro, respeto y amor. Lo bueno es no más parte de la vida, pero es lo que vale la pena.