¿Es un puente o es una cárcel? Ambos tienen transeúntes; unos van
en diez direcciones, buscan escaleras que subir, fragancias
los esperan; los otros cargan sobre sus hombros sombra desgarrada
a punta de estocadas. Ingresan con los bolsillos vacíos. Reloj no tiene el lugar.
Una gaviota despega de una roca que limpia una ola pasajera.
Unos saben de miles de pasos; otro solamente sólo dos sin retorno,
a la deriva. Los primeros cruzan calles que viven despiertas, cantan gallos
que no cuentan hasta tres; los otros atraviesan un corredor sin iluminación, un
cuervo cuelga de una pata, marca la espera con indiferencia.
Un carcelero limpia huesos; unas bicicletas esperan en el puente, perseguirán
el braille que ilumina desde arriba.
Valeska Espinoza
30 junio, 2016 a las 7:12 pm
Gracias por compartir su poesía. Siempre tengo mi propia interpretación de sus escritos y este en particular me acercó mucho a algo vivido recientemente.