despertarme un día
y olvidar quién fui
quién soy
eso haces tú, pero al revés
cuando ves solo tus propias pupilas
y olvidas que ha salido el sol
el fresco que hacía en la habitación
olvidas las miradas, los pasos
de aquellas palabras matas al autor
o lo condenas al olvido
o simplemente las masticas
y las escupes
para que ellos crean que
son tuyas
pero estas palabras no tienen tus ojos,
no tienen tu nariz,
no tienen tu corazón
sólo tienen tus colmillos
clavados en ellas
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