Sucede que no te das cuenta,
no pones mucha atención, no te fijas bien.
No soy yo, eres tú quien dejo de creer,
eres tú, que no contestas,
que se ahorra todo el tiempo,
que no habla, que perdona a diestra y siniestra
improvisando noches para confundir tu impunidad,
frágil, temperamental.
En qué mentira dormirás.
En qué cuento te escondes ahora.
Nadie esta aquí, no hay nadie, nada hay aquí.
Qué se supone que haga yo,
ir a buscarte al lugar de siempre,
sentarme en tu mesa, arrebatarme,
apostar a la casa y reír de mi pobre suerte.
Compartir esto