“Yo fui sus alas cuándo
nadie le pudo enseñar a volar.
Yo fui su confidente cuándo
de nadie se pudo fiar.
Yo fui su guardaespaldas cuándo
él estuvo a punto de caer.
Yo fui su amante cuándo no le
quiso ninguna otra mujer.
Yo fui su escapatoria cuándo
él no supo qué puertas abrir.
Yo fui el motivo por el cuál él
ha podido volver a sonreír.
Y él fue mucho para mí, por lo que
no supe, no quise, ni puedo olvidar.
¡Pero mi misión se ha cumplido y
ahora es mi turno volar!”
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